viernes, 9 de octubre de 2009

‘El Escapista’ colombiano Por: Álvaro Corzo V. / Nueva York














Khalid al-Sharif, Jordi Ejarque, Gonzalo Zapater Vives, César Ortigosa Vera y David Iglesias Vieito. Cualquiera de estos nombres parecerían sacados de un cartel luminoso de la pantalla gigante. Sin embargo, lo único que tienen en común un jeque árabe, un corredor de bolsa catalán, un miembro de la curia de Asturias y un enternecedor huérfano es que todos provienen de la misma parte: la imaginación de Juan Carlos Guzmán Betancourt, un audaz timador de proporciones insospechadas. Este apuesto y carismático políglota, escapista, hombre de modales refinados y de mucho porte al vestir, no se parece en nada a aquel niño que nació en una humilde vivienda a 140 kilómetros de Cali, a las afueras de Roldanillo, Valle, en 1976.


En sus 16 años como estafador internacional, Guzmán Betancourt se convirtió en uno de los hombres más buscados en los 15 países donde su pericia y su sangre fría le permitieron realizar coreográficos y millonarios robos, que lo convirtieron en toda una leyenda en el mundo del hampa. Hoteles cinco estrellas en los centros financieros de todo el planeta se convirtieron para este audaz amigo de lo ajeno en su única fijación. Autoridades de Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Turquía, Canadá, Jordania, Egipto, México, Tailandia, Francia, Italia, Rusia, España y Hong Kong estiman que el botín que este colombiano hurtó sobrepasa el millón y medio de dólares.

Por esto no es de extrañar que los últimos años de este intrépido impostor hayan sido todo un juego de gatos y ratones con las autoridades transnacionales. Burlar los estrictos controles fronterizos encarnando sus elaborados personajes y amparado en sus más de 22 pasaportes falsos y sus 15 diferentes alias ha sido para el colombiano toda una aventura. Sin embargo, la maratónica fuga parece haber terminado el pasado lunes, después de que fuera capturado por una patrulla fronteriza en Vermont, Estados Unidos, cuando intentaba cruzar a desde suelo canadiense. Según los reportes policiales de los últimos seis meses, a Guzmán Betancourt se le señala como presunto responsable de sendos hurtos en prestigiosos hoteles de Toronto, Quebec y Montreal.

No obstante, quienes conocen su prontuario dicen que cualquier cosa puede suceder con el “escapista”, como lo llaman, pues el enigmático delincuente cinco estrellas ya ha hecho más que honor a este nombre. En 2004 logró escaparse de una prisión británica, luego de convencer al director del centro penitenciario de que lo trasladara de urgencias a un centro médico local para atender una emergencia odontológica que él mismo había simulado.

“Así es Guzmán Betancourt. Su encanto, carisma e inteligencia lo hacen capaz de vender cubos de hielo en el Ártico”, dijo en ese entonces Andy Swindells, detective inglés que lo había arrestado meses atrás por cuestiones del azar en una calle en Londres, cuando Guzmán Betancourt se pavoneaba muy orondo a las afueras del Ritz en el Berkely Square, luciendo un traje de Valentino y un reloj Franck Muller de 13 mil dólares, el último de estos sustraído de una caja fuerte de máxima seguridad durante la maratónica serie de robos al Mandarin Hotel, el Four Seasons y el Royal Garden, entre otros seis lujosos hoteles de la capital inglesa, donde según los reportes de Scotland Yard se llevó más de 75 mil dólares en joyas, 40 mil en efectivo y un sinnúmero de tarjetas de crédito.

Junio, 2005. Guzmán Betancourt entra al hotel Merrion en el centro de Dublín. Esta vez no viste un traje Hugo Boss o Armani como es su costumbre. Las cámaras de seguridad lo registran sin sospechar que ese personaje llevaría a cabo uno de sus robos insignias ante la mirada de todos. Se dirige al último piso de este hotel, uno de los más exclusivos del mundo —una noche ronda los tres millones de pesos colombianos—. Nada en su rutina es al azar. Su reloj marca las 9:30 de la mañana, hora en que religiosamente se lleva a cabo el servicio de limpieza en los cuartos. Al abordar a la aseadora del piso le solicita que le abra su habitación, pues según le cuenta extravió su llave. Como él mismo lo anticipa, ella le dice que no puede, pero usando su encanto, le tira el anzuelo.



Luego de escabullirse durante 16 años, el timador de Roldanillo Juan Carlos Guzmán Betancourt fue capturado en EE.UU. También lo buscaban en Canadá, Japón, México, Rusia y Tailandia, entre otros países.
Juan Carlos Guzmán
Foto: Archivo El Espectador
Juan Carlos Guzmán Betancourt, escoltado por un policía, el día del juicio por robo y estafa que le hicieron en Irlanda en 2005. Luego pasó a Oriente Medio. / Fotografía de Collins Dublin, tomada de www.dailymail.com.uk

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